¿Quieres trabajar pero estás estudiando?
¡Pues sigue estudiando y trabaja! Es posible hacer las dos cosas a la vez. Nosotros te explicamos cómo hacerlo.
Fácil no va a ser, pero si te organizas y sigues una serie de pautas, lo conseguirás.
Acompáñanos y descubre las principales claves para lograrlo.
1. Piensa cuánto tiempo puedes dedicar a cada actividad
Haz un repaso del tiempo que pasas en la Universidad cada día, el tiempo que necesitas para estudiar, hacer prácticas, terminar trabajos, o descansar, y calcula el tiempo que te queda para poder trabajar.
De esta forma, te podrás plantear unos objetivos más realistas, y lo más importante, te evitarás sobrecargarte con cosas que no vas a poder abarcar.
¿Cuántas veces nos venimos arriba y nos planteamos hacer mil cosas, pensando que podremos con todo, y luego nos damos cuenta de que no es posible?
Pues para evitar esto, lo ideal es hacer una correcta planificación.
2. Organízate y gestiona bien tu tiempo
Organizarte bien puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso.
Por eso, la primera condición para estudiar y trabajar al mismo tiempo con éxito es hacerte con una agenda (ya sea online o física) y planificarte el día, semana y mes de forma productiva.
Apúntate las tareas que tienes que hacer, las que te gustaría hacer, las que tienes pendientes, las fechas importantes como exámenes, clases, citas médicas, fechas de entrega de trabajos o los turnos en los que trabajas. TODO.
Si lo anotas todo, y lo organizas por orden de prioridad, tienes más probabilidades de hacer todo lo que te has propuesto.
¿Por qué?
Primero, porque así no tendrás que estar pendiente de que no se te olvide nada. Y segundo, porque tendrás mejor control del tiempo con el que cuentas para cada tarea.
Conclusión: no te satures pensando en clases, prácticas, llamadas, o eventos. Y organiza tus prioridades en una agenda para una gestión del tiempo más eficiente.
3. Aprovecha cada minuto de tu tiempo libre
Utiliza todo tu tiempo.
Si tienes una hora de trayecto en metro al trabajo, un hueco de media hora entre clase y clase, o si te hacen esperar en tu cita del médico, aprovecha estos descansos para ganarle horas al día.
Piensa que al final del día tú no tienes tanto tiempo como tus compañeros de trabajo o de clase, por eso es super importante que aproveches cada minuto.
Adelanta trabajo, repasa los apuntes de clase, estudia, responde emails, y finiquita todas las tareas pendientes para que no te quedes atrás. Tienes que hacer un doble esfuerzo si quieres llegar a todo.
4. Deja de procrastinar
Nos referimos al hábito de dejar para después las actividades o tareas que sabes que tienes que hacer, y sustituirlas por otras más innecesarias, que no contribuyen a tu objetivo.
Seguro que te suena ¿no?
¿Alguna vez has empezado a estudiar o a teletrabajar y al de media hora, te has puesto a mirar tus redes sociales en el móvil, o te has ido a la cocina a prepararte algo para comer? ¿O llegas del trabajo reventada y piensas: “hoy estoy cansada, no voy a hacer nada”?
Pues si quieres ser capaz de hacer las dos cosas a la vez, vas a tener que poner un poco más de voluntad, aunque no tengas ninguna gana. Lógicamente si estás tan cansado/a que de verdad no puedes estudiar o trabajar, te compensa más descansar 15-20 minutos o hacer una siesta, pero después hay que cumplir. Nada de excusas.
5. Aprende a estudiar mejor
Si tu objetivo es optimizar el tiempo de estudio para alcanzar los mejores resultados, es importante tener en cuenta los métodos de estudio.
No a todas las personas les funcionan las mismas dinámicas. Averigua cuáles son las técnicas que te rinden más a ti.
Lo primero, y lo que mejor funciona para todos y en todos los casos, es prestar atención en clase. Pero además, hay más cosas. Hay que tomar buenos apuntes, prepararte los exámenes con suficiente antelación, y utilizar técnicas de estudio que te vayan bien a ti.
¿Te concentras mejor por las noches o estudias más por las mañanas? ¿Te resulta útil hacer resúmenes o esquemas? ¿O eres más de mapas mentales o conceptuales?
6. Descansa, desconecta y duerme
No todo puede ser trabajo y estudio.
Para mantener un equilibrio en tu salud física y mental, es también fundamental descansar lo suficiente, dedicarte tiempo a ti mismo, y dormir las horas necesarias.
Al final del día, te puedes dar una recompensa con algo que te guste y disfrutes, que te permita desconectar. Puede ser alguna actividad de ocio: ver una serie en netflix o simplemente un baño caliente. ¡Te lo has ganado! Y te ayudará a mantener tu energía, estar más equilibrado y tener una mejor actitud.
7. Elige el trabajo adecuado
Si estás estudiando la carrera de medicina y te han ofrecido un puesto de atención al cliente en un call center, para trabajar ocho horas al teléfono, va a ser difícil, por no decir imposible que lo compagines.
En cambio, si encuentras un trabajo a tiempo parcial relacionado con tu profesión, o en la Universidad, o cerca de dónde resides, con un horario compatible, seguro que puedes. Por ejemplo, puedes trabajar en tu colegio mayor o residencia universitaria o trabajar dando clases particulares a niños.
En todo caso, si tienes claro que quieres asumir el desafío de trabajar y estudiar a la vez, lo ideal es buscar empleos a media jornada o por horas, que no resulten muy demandantes.
Esto te permitirá equilibrar tu tiempo con las obligaciones académicas.
8. Plantéate formaciones online
Otro punto a considerar es la modalidad de estudio.
De acuerdo a tus expectativas, podrás acceder a diferentes tipos de formación: ya sea de tardes, de mañanas, de fin de semana o cursos intensivos en vacaciones.
Pero, sin duda, una de las mejores opciones si quieres hacer las dos cosas a tu ritmo y cómodamente es la educación virtual.
Existen cursos totalmente online, ya sea en vivo o con clases pregrabadas. Y también hay formatos semipresenciales, así que ya no tienes la excusa de que no te motivas igual o de que no aprendes igual si no es asistiendo a una clase física con el profesor.
Además, si eliges clases online, te ahorrarás los tiempos de traslado y podrás ver la clase cuando y dónde quieras.
9. Asume las responsabilidades que puedas
No por querer abarcar más, avanzas más rápido.
¿Tiene algún sentido apuntarte a todas las asignaturas de un semestre, si luego vas a sacar la mitad? No. Así solo vas a perder energía y esfuerzo.
Pues entonces, asume solo retos y metas que sean factibles.
Si ves que solo vas a poder con tres o cuatro asignaturas por semestre, pues tres o cuatro está bien. Más vale poco y bien, que mucho y mal.
Eso sí, sé exigente contigo mismo y no estudies para aprobar, estudia para sacar nota, si luego no la sacas ya es otra cosa.
Y en relación al trabajo, lo mismo. Si estás hasta arriba de trabajo y te piden que les hagas un favor y trabajes más horas, aprende a decir que no. Es mejor decir que no, que al final no poder cumplir con alguna de tus obligaciones.
10. Prioriza
Una de las claves para estudiar y trabajar a la vez es saber priorizar las tareas más importantes.
Tienes que decidir qué tareas son las más urgentes o las más importantes. Puede que sean importantes, pero no urgentes. O ni importantes, ni urgentes. Eso lo vas a tener que decidir tú mismo/a y tenerlo bien claro.
Y esto no solo es válido para ir tachando actividades de tu agenda, sino también para todo lo demás.
Por ejemplo, a la hora de estudiar también puedes aplicarlo. Si ves que no te da tiempo a estudiar todo lo que tienes en el programa para hacer el examen de “pe a pa”, pero sí sabes establecer cuáles son los temas más importantes, y prioritarios, empieza por ahí. Sé inteligente, estudia al menos el 60% de la materia, y si no te da tiempo a todos los pequeños subtemas o temas secundarios, seguro que no pasará nada.
Conclusión: ¿se puede estudiar y trabajar a la vez?
La respuesta es obvia. Sí, se puede estudiar y trabajar a la vez.
Lo importante es la disciplina, la motivación y sobre todo la construcción de hábitos diarios que te conduzcan a tu meta. Aprende a priorizar, a estudiar, organizarte, aprovechar el tiempo libre, y por supuesto, a equilibrar tu vida académica, profesional y la personal.